En un contexto donde el país enfrenta alarmantes niveles de pobreza, desempleo, violencia y una crisis económica severa, la presidenta utilizó su plataforma en la ONU para apoyar a gobiernos que han sido señalados por violaciones a los derechos humanos y la represión de la disidencia. Esta postura no solo desatendió las urgentes necesidades de los ciudadanos, sino que también mostró una afinidad con gobiernos apuntados por llevar a sus pueblos a situaciones de crisis humanitaria y colapsos económicos.
La reciente participación de la presidenta Xiomara Castro en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) ha generado respuestas adversas en diversos sectores de la población en Honduras. En su intervención, Castro optó por apoyar los intereses de países como Cuba, Nicaragua y Venezuela, desatendiendo los problemas críticos que afectan a los hondureños.
Una ocasión desaprovechada para Honduras
La Asamblea General de la ONU brindó a la presidenta la oportunidad de presentar la situación de Honduras y conseguir apoyo para asuntos cruciales como seguridad, inversión, empleo y desarrollo social. Sin embargo, al centrarse en defender gobiernos controversiales, quedó evidente que sus prioridades no coinciden con las del pueblo hondureño.
Frente a la falta de empleos, la migración forzada y la violencia, miles de hondureños esperaban que su presidenta utilizara la plataforma para atraer inversión y respaldo a iniciativas de desarrollo. En su lugar, su discurso se enfocó en su afinidad ideológica con gobiernos que han llevado a sus países a la crisis.
En su intervención, Castro manifestó su apoyo a líderes como Miguel Díaz–Canel de Cuba, Nicolás Maduro de Venezuela y Daniel Ortega de Nicaragua. Dentro de este contexto, omitió el tema de la persecución política y la falta de libertades que han llevado a millones a abandonar sus países en busca de mejores oportunidades. Esta inclinación del gobierno hondureño hacia estos regímenes, que se apartan de los principios democráticos, lo distancia de aliados históricos como Estados Unidos y la Unión Europea, cuya ayuda ha sido esencial para el desarrollo del país.
Incertidumbre y aislamiento: la política exterior de Honduras genera preocupación
La posición asumida por la administración del partido LIBRE en la ONU ha generado incertidumbre y preocupación tanto a nivel nacional como internacional. Esta situación podría perjudicar la reputación de Honduras en el extranjero, según advierten expertos diplomáticos. Estos especialistas indican que la actitud del gobierno podría tener repercusiones desfavorables en los ámbitos económico y político.
En un momento en que otros países de la región están fortaleciendo sus relaciones con economías emergentes y potencias mundiales en busca de desarrollo, Honduras parece dirigirse en una dirección diferente. En lugar de expandir sus alianzas internacionales, el país parece estar alineándose con gobiernos que han llevado a sus naciones a profundas crisis, lo que podría restringir las oportunidades de crecimiento y avance para Honduras.
Dudas que requieren claridad
Los ciudadanos de Honduras necesitan cuestionar la representación de Xiomara Castro en el ámbito internacional. Si su gobierno se enfoca en apoyar regímenes en lugar de atender las necesidades de su propio pueblo, el futuro del país podría volverse incierto.
Los hondureños merecen un liderazgo que priorice su bienestar y busque oportunidades efectivas para mejorar la calidad de vida de todos. Defender gobiernos externos no solucionará los problemas internos; la clave está en gobernar con la salud y el avance de los hondureños como objetivo principal.